Quizás el sueño de mi vida sea perderme y olvidarme de todo, los miedos, los prejuicios, el dolor.
Llegar a un lugar nuevo, volver a empezar de cero, un lugar donde no existan las nubes, donde las sonrisas lleven pintados los labios, y las estrellas sean el reflejo de todas las miradas de complicidad, donde rozarse las manos no sean segundas intenciones, y las pequeñeces de las cosas estén sobrevaloradas, donde las lágrimas sean leyenda urbana, y la comida típica el helado de chocolate, un lugar donde la risa sea el único himno, y donde la indiferencia nisiquiera aparezca en mis pesadillas, un lugar en el que no existan los despertadores, ni la puntualidad, un lugar donde las drogas y el alcohol formen parte de cada día.
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